“Sabía que el estreno de ‘Supervivientes’ iba a ir muy bien. No tenía ninguna duda”

Sabía que el estreno de ‘Supervivientes’ iba a ir bien. Rectifico. Sabía que el estreno de ‘Supervivientes’ iba a ir muy bien. No tenía ninguna duda. Y no solo porque la gala estaba estudiada al milímetro y por mis méritos. No. La cuestión es mucho más prosaica. Me avisaron mis dientes, que son míos porque los pagué. Todos y cada uno de ellos. El hecho de no tener dientes propios me empuja a fijarme sobremanera en la dentadura de los demás. Valoro infinito una dentadura sana, con todas sus piezas bien colocadas. Ese tipo de dentadura que sabes que puede morder una manzana sin ningún tipo de peligro. Yo las manzanas me las como a tajadas, por si las moscas.

LECTURAS

Al caso, que se me va la pinza. Siempre que ha sucedido algo importante en mi vida se me ha despegado una funda. Me sucedió el día antes de comenzar la universidad. Al darle un mordisco a un bocadillo de pan con tomate, tortilla con jamón dulce –también llamado de York– y queso que me había preparado mi madre uno de los dientes frontales se quedó en el intento. El día antes de empezar ‘Sálvame’, el de madrugada, me sucedió lo mismo con otra funda delantera. Durante el desayuno, al ir a morder un trozo de pan alemán tostado, patapám, adiós al diente. Era festivo y me solucionó la papeleta Carmen Rigalt,que tiene una nuera dentista. Sandra es su nombre. Abrió la consulta para mí, me solucionó el entuerto y desde entonces se ocupa de mi boca.

Artículo original en Lecturas.