Isabel Pantoja es una de las últimas estrellas en mayúsculas que nos quedan

Foto de Mariano Regidor

El amor no basta

Cuando antes lo entendemos, mejor nos irá en ese territorio. La relación con mi ex debería haber acabado mucho antes y si ninguno se decidió a cortar es por lo mucho que nos queremos. En presente. Ahí me di yo cuenta que el amor no basta para estar en pareja. Yo ahora estoy mucho más preparado pero no se ha dado. Quizás porque solo para planteármelo necesito vivir el mismo proceso que viví con mi ex y eso no sé yo si me volverá a suceder. Al menos me quedo con la satisfacción de haberlo vivido y ser consciente de ello. Sé que ilustrar este blog es complicadísimo porque mi ex lleva muy mal que lo saquen fotografiado en prensa así que por solidaridad con la persona que lo edita voy a escribir unas líneas de la Pantoja para facilitarle el trabajo.

Hace poco vi una entrevista que María del Monte le hacía en un programa de televisión cuando eran amigas. Salían las dos muy guapas pero, sobre todo, muy felices. Pantoja estaba espléndida. Juguetona, divertida. Haciendo gala de su legendario poder de seducción. No tiene nada que ver esa Pantoja que hemos ido conociendo con el paso de los años. Esa otra Isabel tira demasiado del victimismo. Escribo sobre ella porque triunfó el pasado sábado en el Wizink Centre. Dicen las crónicas que estuvo espléndida. Y me gusta leerlo. Es una de las últimas estrellas con mayúsculas que nos quedan. Hay muchas ganas de verla. Ojalá dé el paso porque hay muchos formatos a los que podría acudir sin el miedo a ser juzgada. Si algo positivo han traído las plataformas es la oferta de propuestas a la medida del interesado. Estoy convencido de que hay varias que se morirían por tener a uno de los personajes más míticos de nuestro panorama.

Artículo original en Lecturas.