Mi perro se llama Tom por Tom Brusse

El teatro me salva

Esta tarde he tenido función en Badajoz y he salido del teatro feliz. El público se lo ha pasado en grande y he acabado puesto en pie. Comencé la semana triste, para qué nos vamos a engañar. Yo era de los que creían que la izquierda tenía opciones en Madrid y al ver los resultados me entraron unas ganas de llorar que no han desaparecido del todo. Menos mal que el teatro me da la vida, porque desde el martes estaba yo como lánguido. Poco a poco me voy recuperando, aunque mi trabajito me está costando.

Ando estos días un poco revuelto. Me produce desasosiego volver a la normalidad y darme cuenta de que hemos perdido casi un año de nuestras vidas. La vida antes estaba repleta de defectos. Pues bien, hemos pasado un año encerrados con nosotros mismo y no sé si nos ha servido de algo.

Tom, una más en casa

Traen a ‘Sálvame’ un perro con mirada tristísima. Lo veo antes de que lo etren al plató con Hugo, la persona que se encarga de conducir la sección del programa en la que fomentamos la adopción. En cuanto lo vi no tuve ninguna duda: el perro se venía a mi casa. Al menos esa noche. Luego ya veríamos,pero tenía claro que no quería que volviera a la protectora.

Se llamaba Koke, pero el nombre no me gustaba nada, así que le he puesto Tom por Tom Brusse. Mis otros perros han aceptado su llegada con alegría. Estoy muy orgulloso de ellos. Son buenos perros.

Tom vivía con una familia de Granada que lo maltrataba. Lo echaban de casa sin miramientos y él siempre volvía, aunque lo único que le esperaban eran palos y malas palabras.

Cuando Lima llegó a casa solo estaba Cartago, mi primer galgo. Lima se pasó tres meses ladrando sin parar, dando vueltas al jardín desde la mañana hasta la noche. Inquieta, intranquila, nerviosa. Un día vino a casa una persona y me dijo: «Ya se le pasará. Cartago seguro que le está diciendo que aquí puede estar tranquila, que la van a tratar bien». Y lima es hoy una perra feliz. En eso se convertirá Tom.

El adiós de Pablo Iglesias

Mira, Pablo Iglesias, una cosa te voy a decir. Te he puesto a parir muchísimas veces, pero creo que has sido una figura importante en la política española. Has meneado el cotarro, nos has ayudado a cuestionarnos elementos que parecían intocables y has sembrado la duda. No me parece mal currículo para un político.

Totalmente de acuerdo contigo en que se han pasado contigo y con tu familia veintisiete mil pueblos, pero, por favor, no es tarea tuya recordarlo. Como sociedad somos nosotros los que tenemos que cuestionarnos hasta dónde hemos llegado con un político.

Nunca te he votado, pero tu irrupción en la política me ha servido y por eso tengo que estarte agradecido.

Continúa leyendo en Lecturas.com