La vuelta de tierra extraña

Después de 21 días en tierra extraña, vuelvo a casa. Es viernes y escribo en el trayecto Dubai-Madrid, con los ojos aún llorosos después de haber estudiado uno de los pasajes de ‘Desmontado a Séneca’. El estreno está a la vuelta de la esquina, el 13 de marzo en el Teatro Góngora de Córdoba.

El lunes comenzamos los ensayos, tengo ganas ya de empezar a levantar esta aventura que me tiene sorbido el seso desde hace algunos meses. Tenía razón Juan Carlos Rubio, el autor y director, cuando me dijo que esta era la función que teníamos que hacer en este momento de nuestras vidas.

Hablar de lo que nos pasa y no de lo que pasa, que diría Lorca. Antes de que suceda todos esto vuelvo al ‘Deluxe’ con las aguas muy revueltas y, repasando la obra de Séneca, he dado con dos aforismos que les planteo a Belén y a Mila en el programa. No sé por qué han llegado ambas a este punto. Mucho me temo que el sábado no habrá término medio: o acabarán enfrentadas o al finalizar la entrevista se fundirán en un abrazo y se pedirán perdón mutuamente.