Ana María Aldón me encanta, se crece cuando más la atacan

El sábado, mientras estoy viendo ‘Viva la vida’, aprovecho para hacer un experimento. Emma García está entrevistando a Ana María Aldón, que está en El Rocío. Quito la voz a la televisión y agudizo los sentidos para ver qué sensaciones me provoca Aldón. Y pese a que Emma le está preguntando por varios sucesos conflictivos, Ana María transmite una paz de manual. Es más, en algunos momentos se muestra muy didáctica a la hora de mover las manos, como hacen algunos políticos. No se inmuta y, cuando parece que se va a alterar, se llama a sí misma al orden y vuelve de nuevo a su posición de esfinge andaluza.

Jorge Javier valora el cambio de Ana María Aldón

Así que, después de este examen que me he inventado yo y que evidentemente no tiene ninguna base científica –más bien es de pacotilla–, me dispongo a concluir que a Ana María le suda bastante todo lo que estén diciendo de ella Gloria Camila y demás.

Polémico enfrentamiento con Gloria y Rocío

Entiendo que las debe considerar unas niñas que no tienen mucho más que hacer que enredar, así que ella entra en el juego un poquito y luego se retira tan pancha a diseñar, que es lo que de verdad le interesa.

No está dispuesta a ceder

No hay que ser muy lince para darse cuenta de que, una vez conocida la libertad, Ana María no está dispuesta a ceder ni un pasito más. Porque puede que durante años haya conocido una vida que tenía que vivir de puntillas, pero ahora que camina con firmeza vete tú a decirle lo que tiene que hacer.

«Ana María me encanta»

Ana María me encanta. Porque cuanto más grandes son los ataques hacia ella, más se crece y más nos saca esa sonrisa de medio lado que indica que detrás de esa apariencia tranquila se esconde un volcán que solo entra en erupción cuando a ella le sale del mismísimo y con quien le sale del mismísimo. Y hoy por hoy, para Gloria Camila y demás, por mucho que se esfuercen, no tiene ni una racioncita de lava.

Blog completo en la revista Lecturas.