Tengo unos 50 espléndidos

La pibonexia. Creerse mas bueno de lo que uno está. ¿Me pasa a mí? En un principio, pensé que sí y ahora ya, después de meditarlo mucho creo que no. Si tu físico te produce inseguridad y trabajas en televisión de una manera tan continuada como la mía, la relación con el espejo es muy complicada. Hay temporadas que no tienes ganas de nada y te dejas, y eso se traduce en mala cara, kilos de más, apatía generalizada. También hay veces que de tanto verte te acostumbras y pierdes la perspectiva.

Otra cosa: el tiempo es una gran ventaja para los que no hemos sido guapos de manual porque se nos exige menos. La gente es más cruel examinando el paso de los años de los guapos que de los del montón. No sufro de pibonexia. Lo mío es una realidad: tengo unos 50 espléndidos.

En cuestiones de ligue hay que ponerse las pilas porque camarón que se duerme, la corriente se lo lleva. A parte de ser un lince con las aplicaciones, ahora hay que adecuarse al mundo de las mascarillas y los nuevos horarios, que también ha cambiado el rollo de las citas. Esa es mi nueva normalidad. Muchas primeras citas, muchas promesas de meneo, mucho abono. Mucha siembra pero poca recogida. Ahora bien, cuando el campo explote voy a tener que tomarme doble ración de jalea real.

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