Para que Pantoja llegue a la final

Empezamos el programa y durante el juego de localización se la veía cabizbaja, poco participativa, ajena a la alegría que le produjo ganar al resto de compañeros y sin mostrar un ápice de emoción por la barbacoa que iba incluida por hacerse con la victoria. Se vino un poquito arriba cuando la salvó e público, descendió de nuevo a los infiernos con la marcha de Chelo García Cortés –la despedida de las otra vez amigas es uno de los hits de la edición– y resurgió como solo sabe hacerlo una primera dama de la escena cuando se convirtió en líder de su grupo.

Yo estoy dispuesto a hacer lo que sea para que Pantoja llegue a la final: raparme el pelo, hacer el pino puente sin manos, presentarme a Eurovisión, e incluso volverme a circuncidar.

No hay vuelta de hoja: ‘Supervivientes 2019’ pasará a la historia por ser la edición de Isabel Pantoja.

Hay un momento de nuestras vidas en el que continuamente iniciamos nuestras conversaciones con un “¿te acuerdas de…?”. Creo que esa es la señal de alarma de que algo estamos haciendo mal. La estabilidad está muy bien, pero, de vez en cuando, hay que ponerle una guinda: un exponerse, una bajadita a los infiernos, una ilusión, un desencanto, un “¿por qué lo hice?”, “¿por qué no me quedaría en casa?”, “¿por qué dije que sí cuando veía claramente que no?”. No puedo con los tibios. Me sublevan.

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