No le conviene la paz

Lo que me llama la atención es que, haga lo que haga Mila, para muchos ya está sentenciada. Veo a esos muchos juzgarla por la tele y adivino resentimiento en sus palabras. Rencillas enquistadas, desencuentros perpetuados en el tiempo y no solucionados. Nada del otro jueves, un reflejo de nuestra sociedad: no escuchamos. Porque escuchar lo obligaría a replantearse comportamientos que tienen a una casa prematuramente agotada. No le conviene la paz.

Me gusta ir los viernes al teatro. Hacía tiempo que no me sucedía algo así: realmente mi vida por acciones que estaban sucediendo en el escenario y que poco tenían que ver con lo que bullía en mi cabeza. Me gusta ir solo al teatro, y al cine. Desde siempre, además.

Vamos acompañados al cine, al teatro o cualquier manifestación artística por una mera cuestión cultural. Pero lo suyo es ir solo. Gozar de esos momentos previos en soledad y, cuando finaliza, rumiar contigo mismo lo que has presenciado.

Continúa leyendo en www.lecturas.com