No es fácil trabajar así

Estos días estoy pensando mucho en el más allá, porque el más acá me decepciona cada vez más. Me preguntan los de infoLibre por la crisis sanitaria del coronavirus y les digo que me ha dejado una profunda decepción personal. Porque hemos perdido una gran oportunidad para salir reforzados como país. Todavía no hemos salido de esta crisis y estamos más divididos que nunca. Yo he decidido no seguir el juego de los que fomentan la división sean del lado que sean. En algún momento, tenemos que decir: «Conmigo, no contéis».

Dejar en manos de los demás que el mundo cambie es algo infantil. Todavía podemos hacerlo, tenemos todo el día de hoy porque la vida nos está enseñando que preocuparse por el mañana es una pérdida de tiempo. Al principio, trabajar sin público resultaba desangelado, un tanto frío. Pero tengo que reconocer que me acostumbré muy pronto, quizás porque se había llegado a un punto en el que existía demasiada crispación en el plató.

La gente que va al teatro paga por verte, Así que llega con una predisposición estupenda. En la televisión, es distinto. En el público, hay gente a la que les gustas y otra que sencillamente te detesta. Y durante el programa te lo hacen saber en cuanto pueden, ya sea en forma de murmullos desaprobatorios ante alguno de tus comentarios o simple y llanamente con abucheos. No es fácil trabajar así.

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