No era así cuando yo empecé

De todas las cosas que se han hecho mal en España —y mira que se han hecho—, una de las peores es cargarse el futuro de muchísimos jóvenes, que se ven obligados a aceptar varios trabajos para llegar a final de mes con un sueldo que a la mayoría de ellos los incapacita para vivir, no ya de manera holgada, sino dignamente. Así, cada vez conozco más gente que por edad deberían poder vivir solos y se ven empujados a compartir piso entre varios si quieren largarse de casa de sus padres.

No era así cuando yo empecé a trabajar en este mundo. Se cobraban sueldos que te permitían vivir y prosperar, pero 25 años después de mi llegada a Madrid los sueldos apenas se han incrementado. Las empresas se aferran a la crisis para pagar poco y pueden seguir haciéndolo porque siempre habrá muchachos y muchachas que aceptarán un trabajo por un sueldo mediocre a cambio de meterse en la rueda.

Es tan discutible como comprensible. Creo que mi generación ha sido la última que ha pillado buenos sueldos en la tele, y eso que cuando yo entré ya no tenían nada que ver con los que se pagaban años atrás. Soy un privilegiado. Conocí aquella televisión y conozco la de ahora y cero que los que ahora están abriéndose paso lo van a tener mucho más crudo.

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