Mila tiene ganas de una juerga de pan y moja

Mila tiene ganas de una juerga de pan y moja

(…) Siempre que tengo una movida en la tele envían a mis redes sociales las dos fotografías en las que salgo muy perjudicado en una discoteca. Qué aburrimiento. Cada vez que las veo pienso que debo renovarlas, que cuando esto acabe haré como Mila: celebrarlo como si no hubiera un mañana encima de la barra de un bar. Sudado, con la ropa rota y los ojos mirando exactamente a Camboya. Y que conste que no lo haré por mí, sino por toda esa gente que queriéndome ridiculizar solo puede echar mano de dos fotografías. Necesito darlos munición, fondo de armario, bibliografía. Soy un ser de luz y siempre pienso en los demás. 

Para que os hagáis una idea de lo salvaje que es últimamente mi vida, creo que una de las cosas más excitantes que he hecho esta semana ha sido desayunar un cruasán y un dónut de chocolate. Sí, lo sé, una temeridad. Y seguro que habrá gente que después de leer esto se echará las manos a la cabeza alegando que estoy promoviendo hábitos alimentarios poco saludables. Pues a todas estas personas, solo decirles que lo siento, que tampoco soy Elsa Pataky. Hay gente ‘pa tó’.

Pablo Casado

Casado no es un hombre de Estado. Es un hombre de partido. Y si lo que se le pide desde el suyo es que se lo cargue para volver a levantarlo él se aplica a la tarea con esmero.

La labor que hoy lleva a cabo Casado ya la hizo en su día Antonio Hernández Mancha. Pero es que, además, Pablo Casado es tan listo que para ejecutar su tarea ha sabido rodearse de personalidades más grises que la suya, que ya es decir. ¿Acaso alguien conoce a una persona más patosa que Teodoro García Egea? ¿O más anodina que Cuca Gamarra? 

En cualquier caso, qué grandeza la de Pablo Casado. Siendo tan joven y tan ambicioso, sacrifica su prometedora carrera en aras del bien de su partido, aunque eso signifique habitar en el país del olvido.

Cita a ciegas

(…) Y tuve una cita con Dani y me encantó. A mí esos ojos que tiene y esas ganas de cachondeo me hacen mucha gracia. Pero luego apareció Michael descamisado y a punto estuve de sufrir de lipotimia. Pero atención de las atenciones, porque los del programa me prepararon una cita a ciegas con un muchacho de Gran Canaria de 27 años. Mide un metro noventa y calza un cuarenta y cinco de pie (…)

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